La logística sostenible, o logística verde, se refiere al conjunto de políticas y medidas que adopta una empresa para operar en cumplimiento de las normas ambientales.

La energía utilizada, el consumo de agua, las emisiones de gases, la ocupación del suelo, etc., son solo algunos de los aspectos a tener en cuenta a la hora de adoptar nuevas medidas para adaptar los procesos de negocio, y con nuevas herramientas; entre estos se encuentran la movilidad eléctrica y las energías renovables.

De hecho, la logística verde se puede definir como una cadena de suministro, compra y venta que cumple con la sostenibilidad ambiental, y es capaz de ofrecer soluciones para el transporte, entrega y reciclaje de productos, con el fin de optimizar los residuos y los costos.

Para ser incluidas en el concepto de logística sostenible, las empresas deben operar en estas cuatro direcciones:

• Reducir la contaminación del suelo, el agua, el ruido y el aire
• Medir todas las emisiones producidas internamente (carbono y gases de efecto invernadero)
• Utilizar los recursos de forma inteligente y racional, reciclando los materiales de desecho tanto como sea posible.
• Crear una cadena «verde» en la que todos los productos y sus envases respeten el medio ambiente.