Para resumir lo dicho hasta ahora, podemos definir la logística integrada como un proceso que simplifica todas las operaciones empresariales para el desarrollo de un proyecto: desde su producción hasta su entrega al cliente final.

Pongamos un ejemplo concreto de cómo funciona la logística integrada en una empresa de producción.

Cuando una empresa recibe un pedido, lo introduce en el sistema y el CRM comprueba si puede entrar en producción. En el caso de que falte el material necesario, se señala digitalmente una solicitud de compra de material.

El siguiente paso es el almacenamiento del material comprado. Cuando la mercancía llega al almacén, los operarios se encargan de escanear los distintos componentes para registrarlos en el sistema en tiempo real.

Cuando el software de gestión comprueba que la materia prima vuelve a estar disponible, pone en marcha el ciclo de producción, supervisando constantemente cada una de las fases para comprobar el progreso del pedido y que no se produzcan retrasos o problemas, que serían comunicados.

El proceso se completa con la liberación final del producto, su colocación en el almacén y el envío, a través de los muelles de carga, al cliente final.

En el departamento de producción de Campisa se ha instalado un sistema de almacén automático capaz de gestionar todas las existencias de accesorios, piezas de recambio y componentes para la producción mediante un software robotizado. Esto garantiza un mayor control de las existencias de la empresa, con una mejor gestión logística.

Esta inversión nos permite tener la mayor precisión posible, para garantizar estas ventajas a las empresas que eligen la gama de productos de marca Campisa, asegurando: rapidez en los tiempos de producción y envío con costes reducidos.